¿Sabías por qué Lemmy (Motörhead) era apodado así? Este es el curioso motivo
El frontman de Motörhead nació bajo el nombre de Ian Fraser Kilmister

Aunque parezca mentira, ya hace 10 años que nos falta Lemmy Kilmister, uno de los frontman más poderosos de toda la historia del rock. El legendario artista, que este año hubiera cumplido 80 años, nos dejó un increíble legado musical y, lo que es más, también el paradigma de lo que era la estrella de rock definitiva: su actitud, su pasotismo y su poderío se combinaban con un corazón sensible y reflexivo.
De Motörhead se pueden contar mil historias y de Lemmy otras tantas más. Las cenizas del artista, repartidas entre balas que tienen sus amigos más cercanos -algunos han llegado a usarlas como pigmento para tatuarse- y urnas que se han convertido en lugares de peregrinación, siguen ocupando titulares una década después de su partida.
Sin embargo, incluso aunque sigas coreando sus canciones, aunque sepas mil detalles sobre Motörhead, quizás se te escape una curiosa historia: el motivo por el que Lemmy era apodado de esa forma.
El legendario artista inglés, cuando no estaba de gira, solía pasar su tiempo en el legendario Rainbow Bar & Grill de Los Ángeles. Y es que no se puede negar que el vocalista y bajista tenía sus vicios: fumaba como un carretero y no era raro verle con una copa de Jack Daniels en la mano. Sin embargo, otro de sus placeres culpables fue el que dio origen a su nombre: su amor por las máquinas tragaperras.
Puede que, si eres muy joven, los sobres del FIFA, los casinos online o las gemas del último juego de móvil de moda sean lo que hace que tus ahorros se vayan directos al retrete, pero los viciosos más clásicos eran de ir a un bar, echar unas monedas e intentar llevarse otras cuantas, muchas veces sin suerte. Lemmy era de esos.
Y el caso es que parece que, en su juventud, el bueno de Ian Fraser Kilmister solía quedarse sin monedas para jugar a las tragaperras y se pasaba el día pidiendo monedas. El inglés, su frase solía ser: “Lemmy [abreviatura de 'let me'] a quid 'till friday”, lo que vendría a traducirse como “déjame una libra hasta el viernes”. De tanto decirlo, de tanto pedir monedas, se le quedó el mote de “Lemmy”.

La última gira de Lemmy: morir con las botas puestas
Dee, explicó cómo fue la última gira de la banda antes del fallecimiento de Lemmy.
"Sí, fue duro. Verás, yo estaba intentando que lo pospusiéramos. Estábamos pasándolo mal y dije: 'Tal vez deberíamos tomarnos un descanso', pero el que no quería parar era Lemmy. Dijo: 'Absolutamente no. Tenemos que hacer esta gira'. Y quería estar en el escenario todo el tiempo. Así era él. Pero tuvimos algunos problemas con Lemmy que empezó a ponerse un poco enfermo - más enfermo que antes - y estaba más cansado y esas cosas. Y fue una gira dura".

“Esta es la cuestión: si yo tuve que dar el 150 por ciento ahí fuera, y Phil Campbell también, lo otro no me lo puedo ni imaginar. Lemmy debió dar el 500 por ciento para poder aguantar aquellos conciertos. Quiero decir, tocamos el 11 de diciembre de 2015 como último concierto en Berlín, y Lemmy falleció el 28, solo unas semanas después”.
“Y el tipo estaba tocando como loco. Así que, para mí, es imposible concebir que alguien pueda hacer eso. ¿Te imaginas el esfuerzo que le costó mantenerse en el escenario? Se me ocurrían todo tipo de ideas... Porque él también tenía problemas de espalda, y decía: 'El bajo pesa tanto que la espalda me arde'. Pero eso debió ser parte de su enfermedad, ahora, pensándolo después. Pero tenía problemas de espalda. Así que dijo que tenía que apoyarse en una pierna a la vez. Y era como si tuviera fuego en la espalda. Y yo le dije: 'Quizá deberías sentarte en un taburete y...' Y él dijo: 'De ninguna manera, Mikkey. ¿Estás loco? Nunca me sentaré en un show'. Y de nuevo, sin comprometerse, sin cambiar nada. Así que todo el mérito fue de Lem. De verdad murió con las botas puestas".
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