El concierto de Iron Maiden que dejó “días sin dormir” a Adrian Smith: “Aterrorizado”

 

El guitarrista de Iron Maiden recuerda cuál fue el concierto por el que más nervioso ha estado en su vida 

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Adrian Smith, guitarrista de Iron Maiden, ha recordado cómo fue su primer concierto junto a Dave Murray en su banda Urchin, además de cómo el hecho de que Michael Schenker abriera para Iron Maiden le tuvo “días sin dormir”. Todo esto ha sucedido en una entrevista con Guitar (vía Ultimate Guitar). 

El primer concierto de Smith ofreció, con sus consiguientes nervios, fue con la banda Urchin, que compartía con Dave Murray y con en la que fue el cantante: "La primera vez que subí al escenario estaba aterrorizado, pero pensé: 'Si esto es lo que quieres hacer, amigo, será mejor que subas el culo ahí'".

"Quería entrar con Dave, así que le dije: 'Voy a cantar'. No tenía ni idea de si podía cantar o no, pero lo hice, y aprendí a tocar la guitarra sobre la marcha". 

El concierto de Iron Maiden que le quitó el sueño

Adrian Smith se uniría a Iron Maiden en 1980, ya con más experiencia, pero sin terminar de perder el miedo escénico, algo que, en aquellos comienzos, le acabó por provocar mucha ansiedad y le tuvo, en ocasiones, “días sin dormir”.

"Me resultaba intimidante. Tipos como Richie Kotzen y Tony MacAlpine y Blues Saraceno, están muy por encima de ti técnicamente. Pero yo siempre he sido así".

"Recuerdo que el manager de Maiden se sentó con nosotros a mediados de los 80 y nos dijo: 'Vamos a hacer una gira por Europa este año, y Michael Schenker va a ser nuestro telonero'. Yo estaba como: [alarmado] 'Jesús. ¿De verdad? ¡¿Tengo que ir después de Michael Schenker?!' Eso me tuvo varias noches sin poder dormir".

Y la ansiedad no se terminó de ir nunca. Hace pocos años, cuando Smith presentó su proyecto junto a Richie Kozten, volvió a sentir esos nervios. No en vano, Adrian llevaba años sin ser el vocalista principal de ningún proyecto y, de repente, estaba volviendo a hacer de cantante. Sin embargo, su técnica de siempre le siguió siendo útil: "Tenía ansiedad. Hacía veinte años que no cantaba en un escenario, desde mis proyectos en solitario de los años noventa. Pero tenía que subirme y hacerlo. Y al menos tenía a alguien con quien compartir la voz. Llevar un concierto entero tú solo es duro".